martes, 19 de octubre de 2010

El camarada burgués

Sin ánimo de pecar de demagógico hay una noticia que, más que indignarme, me ha parecido hasta simpática: "El Ayuntamiento gasta 4.000 euros en tapizar el despacho de Torrijos". A ver, no digo yo que sea algo desorbitado, ni que tengan que tener los sillones zarrapastrosos, pero leyendo las declaraciones de los responsables de la exclusiva tienda elegida (a dedo), proveedora de hoteles de alto standig, me vienen a la cabeza imágenes como la del sindicalista a quien, bandera de CC.OO en ristre, le lustra los zapatos un limpiabotas en una manifestación reciente.

Hace años encontré un artículo sobre Lula da Silva titulado "Lula, el obrero en traje de Armani". Refleja perfectamente lo que ha sucedido con mi amigo el de la pipa. El todavía presidente brasileño nació en un suburbio de Pernambuco, y antes que cocinero fue fraile. Concretamente limpiabotas y sindicalista. Curioso. No quiero ni pensar que Torrijos llegase algún día a presidente del Gobierno.

Y no menos indignante -esto no tuvo nada de simpático- fue leer que los mismos camaradas que, con la actitud propia de un sargento del Tercer Reich, prohibieron a los hosteleros abrir sus negocios el pasado día 29 de septiembre, quisieron contratar ese día a un catering que les proveyera de la manduca necesaria para cargar las pilas y romper escaparates. Imagino la conversación entre ellos: "vamos a destrozar este bar, pero el de al lado no, que pone una cerveza buenísima". 


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