martes, 24 de mayo de 2011

Zoido I El Conquistador

No soy imparcial, lo sé. Ni falta que me hace. Y Juan Ignacio Zoido es alcalde de Sevilla porque no podía ser de otra forma. Ha hecho algo que pocas oposiciones hacen: unirse al enemigo. Me explico. Cinco años pateándose la ciudad, sí, pero haciendo innumerables paradas en los feudos inexpugnables del socialismo. No ha ido a Alcosa a hacerse la foto, ni a la Macarena, a Bellavista o a Torreblanca. Ha ido a demostrar la que considero es su principal virtud: la empatía.

La diferencia es sustancial. Con la humildad que le caracteriza ha dejado de lado el veni vidi vici populista; el atril para vociferar consignas; la vulgar promesa electoralista. Ha hablado a pie de calle, ha escuchado a pie de calle y ha trabajado a pie de calle. Y el tiempo le ha dado la razón después de conquistar los bastiones de Monteseirín.

Muchos han dramatizado con que se encuentra con un ayuntamiento esquilmado, y que no dispondrá de un duro para hacer todo lo que debe. Pero para él esto es un reto, y será cuando veamos de qué pasta está hecho el magistrado. Te esperamos como agua de mayo, alcalde.